25 de diciembre del 2012

- Tuve un sueño recuatico.

- ¿Qué soñaste Trouppe?

- Soñé que las leyes de la naturaleza cambiaban, que existían desde hace mucho tiempo unos pequeños relojes que ahora daban la señal de que ha llegado el momento.

- También soñé algo parecido, es decir, yo soñé con unos bichitos que escarbaban la tierra, en realidad no me acuerdo mucho, pero no estoy seguro si eran bichitos, eran cosas grandes, duras. De hecho soñé que yo era una de ellas. ¡que susto!...pero en el sueño al final de todo llegaba como también la hora de algo, no estoy seguro de que.

- Que raro. En mi sueño la tierra respiraba entera, y se sentía por todos lados un lamento, una profunda voz que lloraba y lloraba, una madre que no quería desprenderse de sus hijos.

- ¿Desprenderse de sus hijos?, que cosa mas rara, yo también soñé algo parecido a eso- dijo Malario sobresaltado- en mi sueño se veía un reloj. Un lamento brotaba de todo, y todo cambiaba. Y la que lloraba era mi abuela. Y yo no lo entendía, por que mi abuela falleció hace mucho, y ella me quería, de hecho yo dormía la siesta con ella siempre, abrazados, y ella al verme en vez de contentarse se entristecía, y se iba, llorando- Malario se levanto a buscar agua, llego y bebimos, mientras Zamarriego encendía un cigarrillo.

- Se acuerdan cuando nos juntábamos de pendejos, a puro fumar pitos y hablar huevadas…bueno, ahora que somos adultos algunas de esas huevadas han sucedido y no hemos dicho ni pío al respecto.-sentencio Zamarriego.

- Si pero cuando estuvo en riesgo nuestra salud mental, tuvimos que dejar el tema, imagínense que no estaríamos acá, si no fuese por la decisión de dejar de vernos y hablar esas cosas. Además ese no es el tema, en el sueño, al final veía una luz muy potente, fuerte, calorica, que nos envolvía eternamente, a todos, a todo, por siempre…

Miro a sus dos amigos, y ellos le devolvieron esa mirada, esa típica mirada de cuando algo esta en el aire, y pronto a aparecer, le incuba en la mente de sus huéspedes, un pequeño huevo, que eclosiona al unísono, dejando entrever la idea triple, y conectada.

- Hoy es 25 de diciembre.-dijo Malario con cara de místico.

- Del año 2012- dijeron los tres al mismo tiempo, formando un armónico.

Trouppe se levanto y corrió la cortina de un gran ventanal, y apareció la ciudad y sus enormes agujas apuntando el cielo. Se asomaron al balcón y pudieron observar la gigantesca urbe, ya no llena de ruidos y mugre, sino un enorme reloj suizo de perfección y mecánica, donde todo estaba detalladamente especificado en algún ordenador por ahí.

Estaba amaneciendo, y el Whisky con su bienhechora templanza llenaba los vasos de este trío de amigos. Zamarriego se fue al piano y comenzó a tocar una canción, tan antigua para ellos, que se emocionaron profundamente, mientras el sol se levantaba tiernamente, calzando exacto por la avenida principal.

- Hasta luego-dijo Malario.

Y una luz lo invadió todo.

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